La gran bestia Pop
Si fuera libre, no tendría que rascar la puerta para salir al patio. Si fuera libre, correría todo el día tras las ruedas de los autos. Si fuera libre, volvería al sexo, a las perras, al amor. Pero hacía un año que Pop comía alimento de perro, olía bien y tenía un collar plateado alrededor del cuello. Extrañaba vagar sin rumbo y dormir sobre el asfalto caliente. Lamentó haber cambiado su libertad por un techo y un plato de comida.